Máximo Thomsen, el imputado más complicado en el caso por el crimen de Fernando Báez Sosa, se mostró inmutable en el banquillo durante las primeras horas del juicio hasta que le tocó el turno al padre de la víctima.
Al momento de la declaración de Silvino Báez, el padre de Fernando, el joven comenzó a llorar y se secó las lágrimas mientras el hombre relataba el horror que vivió cuando la policía le informó que su hijo había sido asesinado.
Quién es Máximo Thomsen
Es señalado como el líder del grupo. Además, por las pruebas que se pudieron recabar durante la instrucción de la causa, la fiscalía considera que fue él quien le propinó la patada mortal a Fernando Báez Sosa. “Lo agarraba del pelo y le daba patadas”, contó un testigo.
Sin embargo, la defensa se aferra a una única prueba para que no reciba una pena más alta que el resto, que es el testimonio del perito Diego Duarte, quien participó de la autopsia de Báez Sosa y concluyó que no se puede “determinar cual de todos los golpes y lesiones fue el que ocasionó el deceso”.
Oriundo de Zárate, Thompsen comenzó a practicar rugby en Arsenal Zárate Rugby. En 2017 pasó a formar parte del Club Atlético San Isidro (CASI), aunque la institución lo suspendió luego de ser arrestado. Estaba estudiando para ser profesor de Educación Física y su intención era ser kinesiólogo de alto rendimiento.